La sexualidad en el embarazo es un tema que aún en la sociedad actual genera mucho tabú, principalmente durante el embarazo, es un tema que incluso en las mismas parejas es difícil de tratar, tanto para el hombre por miedo a generar una pérdida de la gestación, como para la mujer por múltiples aspectos entre ellos miedo de pérdida de la atracción sexual por sus cambios corporales.
Todo embarazo por planeado que sea llega con múltiples sensaciones: felicidad, ansiedad, miedos; todos estos cambios no solo se experimentan en la mujer si no también en el hombre, y generan cierta tensión afectando esta muchas veces el ámbito sexual.
Cambios anatómicos y hormonales que pueden afectar la sexualidad en el embarazo
Durante el embarazo, en toda pareja se experimentan muchos cambios tanto emocionales como físicos. Estudios muestran que la vida sexual tiende a disminuir en el primer y último trimestre y aumenta en el segundo trimestre, sin embargo hay que tener en cuenta que ligado a esto hay muchos factores, sociales, culturales y educacionales.
Durante el embarazo los cambios anatómicos o corporales que presenta la mujer obligan a la pareja a probar diferentes posiciones, lo cual en muchas ocasiones causa tanta pena que prefieren no tener vida sexual.
Hay que quitar esas falsas creencias y aprender a disfrutar la vida sexual en pareja, y dentro de esto hay una palabra que me parece muy importante y es la CONFIANZA; para expresar las dudas, miedos y preocupaciones de parte y parte, para hacerle entender a la pareja qué quieres, cómo lo quieres y cuándo lo quieres, sin penas y sin tabú. La sexualidad no es solo penetración, dentro de la sexualidad también existen caricias, juegos que pueden ser utilizados en este momento de la vida de cada pareja.
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Factores que afectan la frecuencia sexual
Es importante también conocer el por qué cambia la sexualidad en el embarazo, y por qué en unos momentos nuestra vida sexual será más difícil que en otros y quiero explicarles:
En el primer trimestre o al principio del embarazo hasta las 14-15 semanas
La adaptación es el cambio más importante, asumir el nuevo rol , saber que serás madre sea el primer o el segundo hijo implica cambios y sensaciones nuevas, esto asociado a que las hormonas que mantienen el embarazo nos generan mayor labilidad emocional hacen que nuestra frecuencia sexual disminuya.
Además, hacia las 8 o 10 semanas aparecerán en algunas mujeres las nauseas, los vómitos que las dejara un poco bajas de ánimo, asociado a que tendremos mayor sensibilidad en las mamas, por lo que cualquier caricia podría generar incomodidad o dolor y las relaciones sexuales pasarán siempre a un segundo plano.
Por lo general, cuando la pareja va a tener intimidad aparece el miedo más común que es el temor a sangrar o tener una perdida, y aquí quiero aclarar que realmente es poco frecuente pero pueden presentarse sangrados posterior a la relación sexual o una sensación de cólico o dolor posterior al orgasmo, ya que esto genera una contracción de los músculos de la pelvis donde se encuentra nuestro útero. Así que si lo presentamos es normal y en un porcentaje casi nulo generan pérdida de la gestación.
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En el segundo trimestre
Hay una recuperación de la función sexual, y esto es por varias razones, las náuseas han disminuido, comemos mejor y nuestro ánimo va mejorando. Además, ya hemos visto a bebé en ecografías y sabemos el estado en el que se va desarrollando, esto asociado a que tenemos contacto con el feto, ya que se empiezan a percibir los movimientos fetales, lo cual nos da confianza que todo va marchando bien.
En cuanto a nuestros cambios físicos, la barriga es de un tamaño ideal, y aún nos sentimos cómoda con ella, y fisiológicamente (cambio normal) nuestro flujo vaginal aumenta lo cual es bueno, ya que en la relación sexual hay mayor facilidad para lograr un orgasmo.
En el tercer trimestre, o al final del embarazo
Los estudios también documentan menos frecuencia coital o sexual, asociado a pérdida de la libido o apetito sexual generado por la incomodidad física, o miedo a desencadenar parto. Sin embargo, a mi parecer y lo recomiendo a mis pacientes; si quieren tener parto vaginal y quieres ayudar a que este inicie espontáneamente, tener relaciones sexuales es una de las opciones, pues el semen contiene prostaglandinas y otros factores que ayudan ablandar el cuello del útero y a iniciar tu trabajo de parto, así que no tengan miedo.
Una vez explicado lo anterior podemos ver cómo se comporta la sexualidad en el embarazo a grandes rasgos, son condiciones generales e individuales. La sexualidad es vivida de diferentes formas por cada pareja, pero quiero concluir que ni la sexualidad ni la penetración específicamente hacen daño al bebé que viene en camino.
Habrán altos y bajos en el tiempo de la gestación por los cambios que se pueden presentar pero con información y confianza podrás vivirla sanamente. Solo en casos específicos y según recomendaciones médicas la relación sexual con penetración será suspendida y por el período que tu ginecoobstetra lo defina.
Recuerda siempre que sexualidad no es solo penetración, así que no olvides las caricias y los juegos que pueden ser de mucha ayuda en esta época.
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