Este tema es del que mucho hablo con mis pacientes en la consulta del día a día porque definitivamente estoy segura que cada emoción nos puede causar múltiples desenlaces y hoy quiero hablar desde mi experiencia como médica y en el embarazo de esta situación.
Para empezar según la RAE las emociones son alteraciones del ánimo intensas y pasajeras, que pueden ser agradables o penosas, que van acompañadas de ciertas conmoción somática, o sea algún movimiento o perturbación violenta del ánimo o del cuerpo. Y justamente eso es lo que sucede con las emociones en nuestra vida, no solamente en el embarazo , y el puerperio o postparto, con el plus de que durante esta etapa de la mujer estamos con cambios hormonales que nos predisponen a gestionar de forma diferente estas emociones y por tanto traer mas movimiento en nuestro cuerpo, en otras palabras las situaciones nos afectan mas según como sepamos o no gestionarlas, por ejemplo las mujeres que quedan en embarazo sin buscarlo, sin esperarlo o sin desearlo hacen un rechazo consciente o inconscientemente, pero como decir esto ante la familia o ante la sociedad puede tildarlas de malas personas, no lo dirán explícitamente pero su cuerpo lo dirá por medio de síntomas como las nauseas persistente o el vomito incontrolable, ahora no quiere decir que todas las pacientes que tengan nauseas o vómitos o hasta hiperémesis gravídica estén rechazando su embarazo, no, también existen otras causas orgánicas que pueden darnos estos síntomas, pero si no encontramos la causa orgánica seria interesante empezar a indagar sobre la aceptación de este embarazo y que tanto este afectando o no los planes de vida que tenia, talvez si ahondamos ahí podemos encontrar la solución sin necesidad de ningún medicamento, y así otros síntomas como poco apetito, perdida de peso, insomnio, depresión, restricción de crecimiento fetal intrauterino secundario a pobre ingesta calórica, estreñimiento y otro sin numero de síntomas puede tener una base emocional que podemos empezar a descubrir quitando los tabúes y juzgamientos para empezar a resolverlas de raíz.
Lo mismo sucede con el momento del nacimiento, existen las familias donde todas las mujeres han dado a luz a sus hijos por parto vaginal, para estas mujeres esto es algo normal, natural y dirán “si toda mi familia lo ha logrado, yo lo lograre sin duda”, ante lo cual el parto se vuelve un evento mas de la gestación que fluirá de manera fácil para la paciente, sin embargo si a esta misma paciente su hijo o hija nace por cesárea, y ella no lo quería así, será posiblemente una cesárea con mayor dolor, no tanto físico sino emocional y con una connotación diferente al momento de la recuperación que si lo hace consciente será mas fácil de gestionar y resolver a que si nos negamos y nos quedamos enfrascados ahí, por ejemplo, a mi me sucedió eso; amo los partos y deseaba uno, sin embargo por complicaciones durante mi embarazo termine en una cesárea, que comparada a lo que me cuentan mis paciente me dolió muchísimo, posiblemente por esa emocionalidad que le tenia, sabia que esto sucedería porque creo fielmente en el impacto de lo mental en el cuerpo por lo cual trabaje con mi psicoterapeuta sobre esto desde meses antes teniendo herramientas para afrontarlo y solo se quedo en unos días con mas dolor, sin embargo si no tenemos herramientas esto podría incluso quedar en un dolor crónico o en muchas ocasiones general un trauma a partir del evento, incluso depresión postparto.
Otro claro ejemplo de que la gestión de las emociones hace la diferencia de forma consciente o inconsciente es cuando por ejemplo queremos cambiar la historia familiar, tuve una paciente donde toda su familia había tenido nacimientos por cesárea, ella soñaba con un parto y trabajamos para ello durante todo su control prenatal , días antes del nacimiento llega a mi consultorio y me dice : “doctora yo definitivamente no puedo tener parto vaginal, en mi familia nadie lo ha logrado”, estuvo hablando con familiares y llego a esa conclusión, pidiéndome que la programara para cesárea, y por solicitud de la paciente después de explicar riesgos y posibles complicaciones así lo hicimos, un día antes de la cesárea programada la paciente inicia contracciones y llega en 8 cm de dilatación a la clínica, logrando un parto rápido y sin complicaciones, esto probablemente debido a que siempre puede más nuestro inconsciente; y lo que ella deseaba de corazón era tener un parto vaginal al punto de hacer casi todo su trabajo de parto en casa antes de llegar a la clínica.
Estos son solo escasos ejemplos, me podría quedar escribiendo múltiples historias de paciente que día a día me ratifican el impacto de las emociones en este proceso, pero con este blog ahora que lo estas leyendo solo quiero decirte que somos más allá de mujeres, humanos, personas de carne y hueso que sentimos emociones, que gestionamos de forma diferente según nuestra historia familiar y femenina, que definitivamente tenemos que tener un apoyo o ayuda en todo el proceso de la maternidad que empieza en el embarazo porque depende de cómo las gestionemos y las herramientas que tengamos al momento de vivir cada experiencia el desenlace de cada evento podrá ser más amable para nuestra vida futura.
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